Comenzábamos la ruta por la península de Snaefellsnes con la subida a un monte sagrado, Helgafell. Cuenta la leyenda que a todo aquel que suba los 73 metros de desnivel sin mirar hacía atrás, se le concederá un deseo.
Continuamos con la visita al Museo del Tiburón, dentro de la granja Bjarnarhöfn. En ella desde el año 886 se produce el hákar (tiburón podrido). Secan la carne de tiburón hasta que fermenta y elimina el veneno que tiene.
Realizan visitas guiadas donde explican todo el proceso y la historia de los tiburones en las aguas islandesas. Al terminar se puede probar el hákar. El sabor es indescriptible.
Seguimos hacia Dritvik Djúpalónssandur, una famosa playa a los pies del Volcán Snaefellsjökull. En ella puedes encontrar restos del barco pesquero Epine, que naufragó en 1948.
A la entrada de la playa hay 4 piedras ordenadas por tamaño. Antiguamente se utilizaban para probar la fuerza de los marineros. Cuidado con los riñones.
El siguiente punto sería el monumento a Julio Verne y los acantilados de Arnarstapi. Los que hayáis leído el Viaje al centro de la Tierra sabréis que la entrada al centro de la tierra se hacía a través del volcán Snaefellsjökull. Esto ha hecho que esta península tenga mucha fama y es por ello que le han querido dedicar este monumento.
A 20 kilómetros se encuentra la iglesia Budakirkja. Fácilmente localizable por su color tan característico.
Seguimos y a escasos 16 Km paramos en Ytri Tunga, donde siguiendo con nuestra buena suerte en la isla, conseguimos avistar alguna foca.
Con esta visita abandonábamos la península y nos dirigíamos a Deildartunguhver, una zona geotermal, donde el agua sale del suelo a 100 grados. Por seguridad está perfectamente acordonado.
Han creado una red de tuberías de 74 kilómetros, para aprovechar el agua. Llega a ciudades como Borgarnes y Akranes y a zonas rurales. Esta red les abastece de calefacción gratuita y es considerada como la mayor del mundo.
Para terminar el día fuimos a 7 Km a la pequeña ciudad de Reikholt. Allí nació y vivió Snorri, un famoso historiador escritor y político. Hay un museo donde explica su vida y porque fue asesinado. Nosotros no entramos, pero si que visitamos la antigua iglesia y una pequeña poza de agua caliente, junto a su casa, donde se bañaba.
Con esta visita concluía el día. Al día siguiente ya pondríamos rumbo a la capital.