Si el paraíso existe, tiene que estar muy cerca de esta parte del mundo. Después de disfrutar de un fantástico road trip por Nueva Zelanda, decidimos darnos un homenaje y descansar en la Polinesia Francesa durante 7 días.
La Polinesia Francesa lo forman 118 islas repartidas en cinco archipiélagos, así que el abanico de posibilidades es muy amplio. Playas, montaña, buceo, snorkel…
Qué islas visitar
La elección depende del presupuesto que se tenga, ya que es sabido que el destino de Polinesia Francesa es caro. Hay islas como Bora Bora que son muy famosas, pero esto hace que el bolsillo se resienta bastante.
En nuestro paso por la Polinesia Francesa en 7 días preferimos sustituir la visita a esta isla, por conocer otras más económicas y hacer varias actividades dentro de ellas. Nuestra elección fue pasar 3 días en Tahití, tres días en Moorea y de nuevo volver a Tahití, dándonos nuestro último gran capricho en esta isla.
Dónde alojarse
La oferta hotelera es amplísima, desde lo más básico hasta hoteles de super super lujo. Nosotros, en nuestro viaje a la Polinesia Francesa en 7 días, quisimos probar un poco de todo, dejando para el final el mejor hotel en el que hemos estado nunca.
Las 3 primeras noches las pasamos en un hotel medio, pero por algún problema, nos desviaron sin cargo adicional a uno de la cadena Sofitel. Un hotel muy bueno, con grandes jardines y una buena playa.
En Moorea reservamos una cabaña en el hotel Hibiscus. La cabaña era sencilla pero con baño propio y una pequeña cocina.
La guinda del pastel fue nuestra última noche, cuando volvimos a Tahití y reservamos un bungalow overwater. ¿Queréis conocer cómo fue nuestra experiencia? Aquí os dejamos el post donde lo explicamos.
Qué hacer en Tahití
Es casi una elección obligada, ya que es la isla principal, donde está la capital y la única isla que posee aeropuerto internacional. Así que sí o sí pasaréis por Tahití. Papeete es la capital de la Polinesia Francesa y sin duda es un lugar con mucho ambiente donde poder empaparse de su cultura e integrarse con la gente local. Estas son las cosas que no os podéis perder de Tahití:
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Ser recibido con todos los honores
Esto sin duda no depende de uno, pero si sois recibidos así, os sentiréis muy especiales y demuestra que estáis llegando a un destino idílico. A nosotros nos recibieron así en el aeropuerto tras aterrizar y nuestra sonrisa dejó de lado el cansancio.
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Visitar su mercado
Aquí podréis encontrar variedad de productos locales, artesanías, frutas…No pueden faltar las coloridas telas con las que confeccionan sus atuendos, estampados vivos y alegres. Otro de los productos locales por excelencia son las perlas negras, así que encontraréis muchas tiendas y joyerías donde poder cotillear un poco lo que ofrecen.
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Conocer su catedral
Rematada con un campanario de color rojo podréis visitar la catedral de Notre Dame, sin necesidad de ir a París. En este caso se trata de la catedral de Notre Dame de la Inmaculada Concepción.
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Disfrutar de actividades acuáticas
No desaprovechamos la ocasión de poder coger una moto de agua a un precio sorprendentemente bastante menor al que ofertan en España y disfrutar de un rato de velocidad en el agua de estas playas tan increíbles.
La actividad es con guía y la duración fue de más de una hora. Tras navegar por varias zonas cerca de la barrera de coral donde el mar golpea y forma esos famosos tubos del Pacífico, el guía nos llevó a una zona tranquila con varias boyas a modo de conos para practicar slalom y giros de 180º. Lo contratamos en el propio hotel.
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Deleitarnos con su cocina
Si os gusta probar y conocer nuevos sabores, disfrutaréis a lo grande de la gastronomía de la Polinesia Francesa, donde no pueden faltar frutas, verduras y rico pescado, sin olvidar el aderezo de la leche de coco.
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Vivir sus atardeceres
Un atardecer bonito siempre se disfruta y si es en un lugar tan exótico como estas preciosas islas, siempre es un placer.
Qué hacer en Moorea
Un trayecto en ferry de algo menos de una hora, separa Tahití de esta increíble isla que combina a la perfección escarpadas montañas volcánicas con idílicas playas de arena. Si viajáis a Moorea os proponemos:
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Disfrutar de sus playas paradisíacas
Estando en el paraíso, sus playas no pueden ser menos. Una de las mejores que visitamos fue la que hay junto al Hotel Les Tipaniers, a 1,5 kilómetros de nuestro alojamiento así que tras un corto paseo estábamos en esta playa digna de revista. Arena blanca, aguas transparentes, palmeras inclinadas para hacer bien de fotos y, en nuestro caso, un kayak que le daba cierto toque a la instantánea.
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Recorrer la isla en quad
Contratamos un tour para visitar el interior de la isla y conocer su parte más salvaje. Hay dos distancias de tour, la corta y la larga. Nosotros ya que estábamos, contratamos la larga y la verdad es que fue todo un acierto.
Se cruzan ríos, se ven plantaciones de piñas, se sube por caminos de tierra impracticables, pero la guinda del tour y que solo se ve si contratáis la excursión larga, es subir hasta el mirador de Belvedere. Este mirador permite observar la característica forma de esta isla, similar a una huella animal, con sus dos grandes bahías.
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Nadar con tiburones y mantas
Ante todo una actividad impactante. En una zona de Moorea se puede nadar junto a mantas y tiburones de aleta negra. A estos tiburones también se los conoce como tiburones de arrecife y se encuentran en las repisas de los arrecifes y pisos de arena.
Nosotros nos encontrábamos en una zona donde nos cubría por el pecho y ellos se encontraban en el escalón más profundo, creando una especie de barrera invisible, que de vez en cuando ellos cruzaban y volvían rápidamente. Nosotros, por seguridad, nunca cruzamos a la parte profunda.
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Hacer snorkel
Las aguas cristalinas y los grandes arrecifes hacen que esta actividad sea un auténtico lujo. Peces, corales e incluso una serpiente marina.
Nuestro post sobre la Polinesia Francesa en 7 días llega a su fin, pero si queréis leer más destinos de la lejana Oceanía, os dejamos alguno más:
- Ruta por Nueva Zelanda en camper
- Hacer bungee jumping en el lugar donde se inventó
- Pasar un día en un bungalow overwater
