Riaño: los fiordos leoneses y sus alrededores

Riaño: los fiordos leoneses y sus alrededores

La provincia de León nos ofrece una amplia variedad de posibilidades tanto de turismo rural, conociendo preciosas localidades con mucha historia, como de senderismo, rutas y naturaleza. De este último aspecto Léon al completo tiene infinidad de rincones donde descubrir y disfrutar de unos paisajes increíbles. En esta escapada nos centraremos en Riaño, una localidad del norte de León donde han conseguido reunir reclamos turísticos tan llamativos como el banco más bonito de León, el columpio más grande de España, tener un embalse que recuerda a los Fiordos y contar con un pico con el seudónimo de la archiconocida montaña que sale en las chocolatinas de Toblerone, El Cervino.

Riaño tiene una historia muy particular debido a la construcción del embalse que baña sus orillas y con ello la desaparición de ocho pueblos del valle e históricas construcciones que se encuentran sumergidos bajo las aguas. Es una localidad que se ve muy bien en un día, así que cuando nosotros la visitamos, también aprovechamos para conocer el embalse del Porma y realizar una ruta a la cima de la Peña San Pedro.

Subida a la Peña San Pedro

Antes de llegar a la localidad de Pallide, salimos de la carretera que recorre el Pantano del Porma en un desvío donde aparcamos para comenzar la caminata. El punto exacto es éste. Los primeros metros de la ruta se hacen por la  propia carretera, y durante este trayecto ya se observa la Peña San Pedro en lo alto a la izquierda. Llegamos a la altura de una granja y giramos a la izquierda, donde cruzamos la verja y seguimos el camino.

Caminamos por una pista y vamos ganando metros, con la vista puesta en la cima. Atravesamos un robledal y seguimos acercándonos. La última parte es una zona más rocosa y un poco exigente por el desnivel.

La ansiada cruz ya asoma y conseguimos coronar sin problemas. La Peña San Pedro se encuentra a 1599 metros. Las vistas desde arriba bien merecen el esfuerzo de la subida. El paisaje es precioso desde este punto con el Embalse del Porma a nuestros pies.

Llega el momento de descender, hay que tomar la dirección hacia el refugio que se ve perfectamente desde arriba. Una vez en él, un amplio cortafuegos nos dirige fácilmente hasta el punto donde dejamos el coche. Finalmente el recorrido ha sido de 10,5 km, que nos ha llevado unas 4 horas.

Con unos cuantos kilómetros más en nuestras suelas, y después de reponer fuerzas, nos dirigimos a Riaño para, ahora sí,  disfrutar de su belleza y de todo lo que nos tiene que ofrecer. La ruta no está indicada en ningún punto así que no recomendamos hacerla si no se tiene GPS.

El banco más bonito de León

Está situado junto a la Ermita de Nuestra Señora del Rosario y es un banco que ofrece unas vistas privilegiadas que tienen como protagonistas los fiordos leoneses y el Pico Gilbo. Es un rincón tremendamente fotogénico donde deleitarnos con la belleza del reflejo de las montañas en el agua. Siempre hay gente, así que casi seguro que tocará hacer cola y esperar.

El columpio más grande de España

Aunque lleva muy poco tiempo, es sin duda uno de los reclamos turísticos de Riaño. El columpio cuenta con más de 8 metros de altura y a más de 1.200 metros de altitud. Se encuentra en la parte alta del pueblo y es visible fácilmente desde cualquier punto de la localidad. Si queréis montar en el columpio más grande de España, hay que acercarse hasta el camping, donde se puede dejar el coche y desde ahí subir por un camino que no tiene pérdida hasta esta atracción tan particular. Hay que tener un poco de paciencia porque normalmente hay bastante cola para subirse. Hay que jugar un poco con las horas que puedan ser menos concurridas. En nuestro caso, preferimos la puesta de sol y tuvimos suerte al no tener que esperar demasiado.

Allí junto al columpio nos da la bienvenida Jeidi la de Léonuna entrañable imagen que nos recuerda a su prima lejana la de los Alpes suizos 😜. Desde esa misma ubicación las vistas nocturnas de Riaño son preciosas.

Miradores: Alto Valcayo y Las Hazas

Para poder disfrutar de unas fantásticas vistas de Riaño, hay que coger un poco de altura para capturar la mejor instantánea. Para ello los miradores que están en el propio pueblo son muy buena opción. Estos dos miradores comparten cima con el famoso columpio, así que lo mejor es aprovechar y ver las tres cosas a la vez. El mirador Alto Valcayo va hacia la izquierda y el de las Hazas hacia la derecha, donde está el famoso columpio.

A pocos metros hacia la izquierda llegamos al primer mirador, Alto Valcayo, una zona verde para poder relajarte un rato con un paisaje de fondo que quita el hipo. Vimos a gente haciendo picnic o leyendo y nos pareció un plan de lo más recomendable.

De la misma manera pero hacia la derecha, llegamos a la zona del columpio y al mirador Las Hazas, desde donde disfrutar igualmente de las vistas y los preciosos reflejos en el embalse.

Subida a la cima del Gilbo

Para los amantes de la montaña, las rutas y el senderismo, esta parada seguramente sea una de las obligadas si visitan Riaño. El Pico Gilbo es conocido como el Cervino Leonés, y es que su parecido físico al verdadero Cervino de los Alpes es notable con su particular forma de pirámide.

La ruta comienza desde el parking del puente de Riaño. Son unos 8km escasos, con un recorrido circular que, a pesar de no tener mayor dificultad, hay que tener en cuenta que el desnivel es importante. Recomendamos madrugar para realizar la actividad para evitar mucho tránsito de gente, ya que es un pico bastante visitado.

Empieza la ruta bordeando el embalse por un camino bien marcado y fácil, pero enseguida empieza la ascensión y empezamos a ganar altura caminando por la ladera de la montaña.

Atravesamos parte de bosque sin dejar de subir, aunque más adelante el paisaje se abre y caminamos por un prado verde bajo el sol y con la única banda sonora que el vaivén de los cencerros de las vacas, siempre mirando hacia arriba sin quitar la vista de nuestro objetivo.

Cuando ya hemos cogido bastante altura el paisaje comienza a ser increíble, ya empieza a asomar una parte del agua del embalse lo que va haciendo que la subida ya esté mereciendo la pena. Hay que decir que la última parte es de roca, así que toca trepar y agarrarse bien a cualquier apoyo.

Ya va quedando menos y cuanto  más arriba estás, las vistas son la mejor excusa para hacer una paradita y coger aire. Un paisaje espectacular con una amplia gama cromática.

Y por fin coronamos el Pico Gilbo, con las piernas un poco cansadas pero con ganas de respirar aire puro desde la cima de este pico con una altitud de 1674 metros. Había que coger energía y hacer fotos al espectáculo natural que estaba ante nuestros ojos. Arriba, encontramos a varias personas con las que poder compartir el momento y entre ellas, un bebé de 6 meses que ya llevaba unas cuantas cimas a sus pequeñas espaldas.

Era la hora del descenso y nos encontramos al bajar a mucha gente que subía, por eso recomendamos madrugar para evitar muchas masificaciones de gente. Como dijimos anteriormente, se puede bajar por el mismo sitio que hemos subido, o bien, está la opción de hacer la ruta circular, de manera que al destrepar la parte rocosa, hay que adentrarse en el bosque por la izquierda según bajamos. Por este camino encontraréis la Cueva de la Vieja del Monte, un personaje de la mitología leonesa.

De vuelta al pueblo, tocaba disfrutar de un soleado día junto al embalse y relajarse mirando desde la distancia el punto donde nos encontrábamos hacía pocas horas. Pese a lo conocida que se ha hecho esta cima, no hay que perder el respeto a esta ascensión. No hay indicaciones por lo que es necesario GPS. La parte final es bastante vertical, donde toca trepar entre rocas. No hace falta ser escalador profesional pero sí tener una condición física óptima. Vimos a unos cuantos que no les quedó más remedio que abandonar el objetivo de  coronar el Pico Gilbo.

Paseo del recuerdo

En la parte baja del pueblo y junto a una zona de naves, hay una zona de picnic con mesas y es donde comienza este Paseo del recuerdo.

Un paseo ameno a orillas del embalse hasta el embarcadero de unos 2km de ida y vuelta por un camino con paneles informativos donde cuentan la historia del embalse de Riaño y la desaparición de los pueblos del valle. En la actualidad a este pueblo se le conoce como el nuevo Riaño, siendo el viejo Riaño el que quedó sumergido bajo las aguas.

Con la construcción del embalse desaparecieron los ocho pueblos que componían el valle de Riaño y con ellos algunos puentes con gran valor histórico-artístico como el puente romano de Valdearaña y el puente medieval de Pedrosa del Rey. Con este paseo se quiere rendir homenaje a estos pueblos y que no queden en el olvido.

Paseo en barco por el embalse

Los leoneses dicen que no es necesario viajar a Noruega para navegar entre fiordos. Se ofrece la posibilidad de dar un paseo en un barco turístico por el embalse, donde también ofrecen al pasajero la degustación de productos típicos de la Montaña de Riaño y bebida mientras navegas por encima de los antiguos pueblos sumergidos y contemplas las montañas que rodean Riaño. Tiene una duración de 1 hora y un precio de 15€. Se recomienda reservar.

2 Comentarios

  1. Inma
    julio 20, 2021 / 3:54 pm

    Hola! Podrías añadir el track de las rutas de Riaño?
    Mil gracias

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