Continuando nuestro recorrido por la región bávara, no podíamos pasar de largo la visita al castillo más famoso de la zona y que sirvió de inspiración al mismísimo Walt Disney para la creación del castillo de la Cenicienta.
De camino a Hallstatt, y antes de llegar a ese castillo de ensueño, hicimos dos paradas también interesantes por el camino.
Garmisch-Partenkirchen
Ciudad alemana conocida sin duda por su paisaje más invernal y su trampolín de saltos. Se celebra una competición el día de Año Nuevo que seguro que alguna vez todos hemos visto porque, antes TVE y ahora Eurosport, los televisan desde los años 50. Todo un clásico de la Navidad. El complejo turístico de esquí Garmisch-Classic, que antes se llamaba Garmisch-Partenkirchen, es una zona de esquí de categoría internacional situada en los Alpes Bávaros.
Cuando hablamos de Garmisch- Partenkirchen, lo primero que nos viene a la cabeza son los deportes de invierno. Es una zona que se mantiene 7 meses con una nieve increíble, y es la única estación de esquí con glaciar en Alemania situado a los pies de la montaña más alta del país, el Zugspitze (2.961 m). Para los amantes de la nieve es un lugar privilegiado con pistas para todos los niveles.
Si lo visitas cuando no hay nieve, también es una zona que dispone de rutas para hacer senderismo y de igual manera puedes ser testigo de la vertiginosa pendiente que tiene la famosa rampa de saltos de esquí más moderna del mundo. También al lado, se encuentra el estadio de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1936.
Si queréis aprovechar al máximo vuestra visita a esta zona, os recomendamos hacer la ruta por el cañón Partnachklamm. Es un recorrido por una pasarela entre paredes de roca y con la constante melodía del correr de las aguas del río, más bravas en ciertos momentos. Es un paseo muy agradable y sencillo de realizar. Son 7 km de ida y vuelta, y se pagan 4 € al llegar a la caseta de entrada, siempre que lo realices en su horario establecido. Fuera de ese horario la visita también es posible, bajo tu responsabilidad, y es gratuita.
Para comenzar, se parte de los trampolines de los saltos de esquí, donde se aparca el coche para coger allí mismo el camino que nos llevará hasta la garganta. Después de unos 10 minutos caminando se llega a la caseta de entrada donde se paga el ticket.
A partir de ese momento te adentras en el cañón donde, por momentos, la luz va siendo más tenue por todo lo que se estrecha y se cierra la montaña en su parte superior, llegando a alcanzar una altura de 80 metros.
Es recomendable llevar calzado cómodo y aunque la época sea de buen tiempo, una prenda tipo chubasquero es necesaria, por la humedad y el agua que puede caer de la roca a lo largo de todo el recorrido.
Oberammergau
A tan solo 25 km de Garmisch- Partenkirchen, se encuentra nuestra siguiente parada y es que antes de llegar al plato fuerte de este día que iba a ser conocer el famoso Castillo del Rey Loco, teníamos que adentrarnos de alguna otra manera en el mundo de los cuentos.
Si visitas Oberammergau vas a alucinar con las fachadas de sus casas. Hay imágenes de diferentes cuentos, de los cuentos de toda la vida, ahora solo tienes que ir descubriéndolas por el pueblo. Lo mejor es ir paseando y encontrándote con estas auténticas obras de arte que asoman a cada esquina que doblas, pero por si el tiempo apremia, os ayudamos con la ubicación de dos de los cuentos más míticos.
En la calle principal, Ettaler Strasse, puedes encontrar en el número 41 a Hansel y Gretel y en el número 48 a Caperucita.
También esta localidad es bien conocida por La Pasión de Cristo que se representa cada 10 años. La última representación fue en 2010.
Castillo Neuschwanstein
Nos quedaba pendiente la guinda del pastel, la visita de esta gran joya de cuento, y para ello nos acercamos a 50 km de Oberammergau. Concretamente a la localidad de Schwangau donde se ubica el castillo, a escasos 4 km de Füssen.
Más conocido como el castillo del Rey Loco, sirvió de inspiración al mismísimo Walt Disney para la creación del Castillo de la Cenicienta.
Este castillo fue construido por el rey Luis II de Baviera, un tanto excéntrico y un apasionado del arte, se le consideraba un monarca con un carácter especial e invadido por un toque de locura muy particular. En un primer momento fue conocido como el nuevo Hohenschwangau, en honor al castillo donde pasó su infancia. El nombre se cambió tras la muerte del rey.
Considerado el edificio más fotografiado de Alemania y uno de los más visitados, se encuentra elevado sobre un desfiladero, en un paraje envidiable.
En la visita puedes recorrer las diferentes estancias del propio castillo. Todo muy bien cuidado y conservado.
Hay un mirador en el puente Marienbrücke, desde donde las fotos del Castillo de Neuschwanstein son auténticamente de cuento. Es un puente colgante que atraviesa el desfiladero de Pöllat.
Nosotros tuvimos la mala suerte de encontrarlo cerrado por obras, así que tuvimos que conformarnos con las vistas desde el propio castillo que son también espectaculares.
Los horarios para las visitas son: De Abril al 15 de Octubre de 9:00 a 18:00 horas y del 16 de Octubre a Marzo de 10:00 a 16:00 horas. Las entradas para el Castillo de Neuschwanstein solo pueden comprarse en el centro de tickets de Hohenschwangau. El precio es de 13 €.
Desde Füssen se llega por la carretera nacional B17 en dirección a Schwangau; al final de la población girar a la derecha, en dirección a Hohenschwangau. Los aparcamientos más cercanos al castillo se encuentran en Hohenschwangau y son de pago. Hay varias formas para subir al castillo:
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A pie
Llegarás en unos 30 o 40 minutos desde el centro de venta de billetes hasta el castillo, aproximadamente 1,5 km con una subida importante.
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En coche de caballos
Tiene varios puntos de salida: Hotel Müller, Alpseestrasse, Hohenschwangau. El precio de la subida es de 7 € y el de la bajada de 3,5 €. Estos carruajes no pueden acceder hasta el mismo castillo, de manera que los últimos 500 m hay que hacerlos igualmente a pie. Los billetes se compran en el mismo carruaje.
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En autobús
La salida se hace desde el aparcamiento P4. Los billetes se compran en el mismo autobús. Al no poder acceder tampoco hasta el propio castillo, los últimos 500 m hay que subirlos andando. El precio de la subida es de 2,50 €, el de la bajada es de 1,50 €. Y si coges billete de subida y bajada son 3 €.
Füssen
Después de la visita al castillo, aprovechamos para conocer esta bonita ciudad que, aunque llegamos ya cuando había anochecido, mereció la pena dar una vuelta por sus calles. Había un ambiente increíble, y a pesar de que no estábamos a plena luz del día, no pintaba nada mal.
Se puede ver desde el pueblo el Castillo de Hohenschwangau, que fue la residencia de infancia del rey Luis II de Baviera.