Viaje a Marruecos en furgo

Viaje a Marruecos en furgo

Por fin llegó el momento de hacer un viaje a Marruecos en furgo. Es uno de los destinos más famosos dentro del mundo camper y, todo furgonetero aventurero que se precie, debería visitarlo. Marruecos, un país tan cercano (13km) y tan diferente, lleno de contrastes con Europa y donde el mundo gira a otra velocidad.

Posiblemente ha sido uno de los países que más nos ha sorprendido respecto a la idea que teníamos en un principio y es que, aparte de ver ciudades mágicas como Fez o Marrakech, o su famoso desierto del Sáhara, vivimos la experiencia de quedarnos atascados en la nieve en Marruecos 🤯. Algo sorprendente, sobre todo para dos burgaleses acostumbrados a esto de circular por la nieve. ¿Queréis conocer esta anécdota? pues seguid leyendo.

¿Qué documentación se necesita?

Los trámites de un tiempo a esta parte se han agilizado mucho y esto hace que sea muy sencillo realizar un viaje a Marruecos en furgo. Cada persona debe llevar su pasaporte en regla y con una validez mínima de 6 meses. Para el coche, moto o furgoneta solo se necesita la carta verde. Este documento os lo debe facilitar vuestro seguro.

Si vuestro destino es Marruecos (Tánger), el resto de gestiones se realizan directamente en el ferry mientras se va navegando. Creemos que es más recomendable esta opción que la de llegar a Ceuta y luego cruzar la frontera terrestre.

Cuando lleguéis a Tánger un policía os dará el OK a todo el papeleo y listo. No perdáis los papeles que os dan, os harán falta a la vuelta.

¿Es seguro Marruecos?

. No tenemos ninguna duda de ello. Viajar con tu propio vehículo es seguro y es una buena decisión. Seguramente lo desconocido hace que se generen ciertos miedos pero, desde nuestra experiencia, os tenemos que decir que todos los miedos desaparecieron de un plumazo el primer día.

Las carreteras de Marruecos

Hay de todo. Las carreteras de la costa son mejores, con una autopista que recorre de norte a sur el país desde Tánger hasta Marrakech. El resto de carreteras son más sencillas y más lentas. Hay tramos sin asfaltar, pero por lo general y si uno no se sale de las rutas típicas que unen las ciudades más conocidas, no están mal.

Mucha atención a la velocidad ya que las carreteras están llenas de policías con radar y al más mínimo exceso de velocidad, os llevaréis un souvenir para casa. Nosotros fuimos cazados por uno de ellos. En un tramo de 70km/h pasamos a 82km/h, pero el propio guardia nos reconoció que tienen un margen de 10km/h por lo que, tras «llorarle» que solo nos habíamos pasado en 2 km/h, nos dejó pasar 😜.

¿Dónde dormir?

Nuestra furgo es una Trafic y pasa bien desapercibida, así que no tuvimos problema en hacer acampada libre. En algunas ciudades como en Meknes, encontramos un parking en pleno centro donde aparcan los autobuses y donde un gorrilla nos dijo que allí podíamos aparcar y pasar la noche sin problema.

Él se encargaba de todo repitiendo una palabra constantemente, que a día de hoy seguimos recordando con cariño «trancuilos, trancuilos». Cuando llegamos a dormir, él todavía seguía por allí. Nos saludó y la verdad es que dormimos de lujo, en pleno centro y sin ningún problema.

En ciudades grandes como Fez o Marrakech fuimos a camping y nos acercamos al centro en taxi. De vez en cuando viene bien un camping para aprovechar todos sus servicios.

Itinerario

Este fue nuestro particular Viaje a Marruecos en furgo. Pasamos 10 días en Marruecos, a los que hay que sumarle dos días más debido a los desplazamientos desde Burgos a Algeciras.

Día 1: Chefchaouen y Volubilis

A poco más de 100 kilómetros de Tánger se encuentra esta bonita localidad donde el color azul tiñe todas sus calles. Sus principales reclamos son la zona de las lavanderas, la plaza Uta Al-Hammam y cómo no, pasear en busca de callejuelas solitarias donde hacer una y mil fotos. Este pueblo recuerda mucho a Júzcar, la aldea azul de la provincia de Málaga.

En la plaza Uta Al-Hammam se encuentran las mejores tatuadoras de henna que vimos en todo el viaje. Aparte de lo económico, donde también ganan, el trabajo es muy fino. Si os queréis llevar un tatuaje de henna como recuerdo, este es el sitio.

Seguimos en ruta y la siguiente parada es el yacimiento de Volubilis para ver sus ruinas romanas. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está considerado como el yacimiento romano mejor preservado del norte de África.

Los puntos más importantes son el foro, el Templo de Júpiter Capitolino y el Arco de Triunfo.

Terminamos el día llegando a Meknes, donde cenamos y paseamos por los alrededores de la Plaza El Hedim.

Día 2: Meknes y Fez

Ubicada en un valle al pie de las montañas del Atlas Medio, Meknes es una de las cuatro ciudades «imperiales» de Marruecos. Pasamos gran parte del día en Meknes donde destaca la Plaza El Hedim, plaza principal, donde siempre hay mucho ambiente.

Visitamos el Mausoleo de Moulay Ismail, que contiene la tumba del sultán Moulay Ismail, que gobernó Marruecos desde 1672 hasta su muerte en 1727. Se encuentra dentro de su antigua ciudadela y es un importante sitio histórico y religioso de la ciudad. Su entrada es gratuita.

También cruzamos por sus dos principales puertas de la ciudad: Puerta Moulay Ismail y Puerta Bab el-Mansour.

Llegamos a Fez y nos fuimos a conocer su famosa Medina. Hay que tener cuidado porque es laberíntica y encontrar luego la salida es complicado. No arriesgamos y solo nos movimos por las calles principales, sabiendo que al día siguiente habíamos contratado a una guía que nos iba a llevar por todos los puntos más importantes.

Día 3: Fez

Día completo en Fez. Visitamos en profundidad su Medina con una guía que nos mostró un montón de lugares interesantes. Uno de los principales reclamos es la Mezquita, ya que dentro se encuentra la universidad más antigua del mundo.

Paramos en los exteriores del Palacio Real, visitamos el Mausoleo de Mulay Idris II, el Reloj Hidráulico y el barrio judio.

Y entre paseo y paseo fuimos viendo todos los oficios, que se organizan por calles como antiguamente en España. Vimos a los dentistas, los alfareros, los que tallan las lápidas, los que hacen las alfombras o los que se encargan de los tronos para las bodas…

Pero sin duda, los más famosos son los curtidores de piel. Existen varias zonas donde poder verlos. El olor es bastante fuerte así que si lo visitáis os darán unas hojas de hierbabuena para que os las coloquéis en la nariz y es que la materia prima con la que tratan las pieles es el excremento de paloma.

Día 4: Bosque del cedro Gouraud y Merzouga

Día de transición. El plan fue llegar a Merzouga por la tarde para poder pasar la noche en el desierto del Sahara. Por el camino nos desviamos para ver el bosque del cedro Gouraud, donde se encuentra el icónico cedro que tiene 900 años de antigüedad. También el bosque está repleto de monos aunque debido a las bajas temperaturas, nosotros no vimos ninguno.

Es aquí donde empezó la aventura. Algo que no nos entraba en la cabeza es que en Marruecos nos quedaríamos atascados en la nieve. Este bosque se encuentra en la Cordillera del Atlas Medio y esto hace que la altitud aumente considerablemente. Empezamos a ver algo de nieve en el fondo de las montañas, luego un poco en el asfalto y cuando llegábamos al bosque, la cosa se complicó, acumulando la carretera bastante nieve.

Pudimos llegar de aquella manera pero al querer salir, la furgo dijo que no. Por suerte, los vendedores que estaban por allí viendo que no había nada de gente, nos ayudaron a salir y pudimos continuar la marcha. Bajando hacia la zona del desierto, pudimos ver la Cordillera del Atlas en todo su esplendor. Una auténtica pasada conducir con esos paisajes de fondo.

Llegamos a Merzouga. Teníamos contratado un tour por el desierto. Dejamos la furgo aparcada y nos dirigimos atravesando dunas hasta un campamento donde pudimos practicar sandboard. Cenamos y disfrutamos de la luna llena alrededor de la hoguera con más turistas. La cabaña estaba muy bien, con buenas mantas que ya se sabe que en el desierto por la noche baja la temperatura.

Por la mañana, vimos amanecer y volvimos al hotel donde habíamos dejado la furgo. Nos dejaron darnos una ducha y desayunar, así que con las pilas cargadas, seguimos nuestro viaje a Marruecos en furgo.

Día 5: Garganta del Todra y Gargantas del Dadès

Esta etapa es una de las que demuestra que Marruecos no es solo desierto y zocos. Ponemos rumbo Oeste, en dirección a Marrakech, pero por el camino debemos cruzar la cordillera del Atlas.

La primera parada es la Garganta del Todra. Un cañón con paredes de hasta 300 metros de altura y donde un pequeño río pone la banda sonora. Para disfrutar de esta garganta, lo mejor es aparcar en la entrada y recorrer a pie este pasillo natural que se abre camino dentro de la gran cordillera del Atlas.

El camino es corto pero debido a la altura de sus paredes es sombrío y corre bastante aire, así que no olvidéis abrigaros.

Disfrutando del paisaje llegamos a la Garganta del Dadès. Por esta garganta se abre paso el río Dadès, desde las cumbres nevadas hasta el desierto del que venimos.

Conducir por aquí es una auténtica pasada. La carretera comienza a retorcerse de una forma increíble mientras se va ganando altura. En la cima nos espera una bonita panorámica de esta garganta. Aquí terminamos el día, poniendo rumbo a Ouarzazate para cenar y dormir.

Día 6: Ouarzazate, Ait Ben Hadu y Col du Tichka

Ouarzazate es una ciudad poco nombrada pero muy bonita. Situada a las faldas del Atlas, destacan sus edificios de adobe en tono rojizo sobre un fondo montañoso que, como en nuestro caso estaba nevado, le dio un toque extra.

Los mayores reclamos de esta región son sus kasbah. Las kasbah son espacios fortificados de origen bereber. Era un lugar donde las personas se protegían contra ataques, pero también donde podían protegerse de las tormentas de arena, o el exceso de frío. La primera está situada en Ouarzazate. La Kasbah de Taourirt es una de las fortificaciones mejor conservadas de Marruecos. Se sitúa en la parte occidental de la ciudad y la visita es obligada. Se mantienen en bastante buen estado sus fachadas de adobe con adornos geométricos y como dato curioso para los amantes de GOT, Ouarzazate es Yunkai y más concretamente en esta kasbah se rodaron escenas donde la ciudad se rindió y Daenerys liberó a todos los esclavos tras su rendición. Si os gusta GOT, podéis ver algunas de nuestras visitas a Islandia y Dubrovnik.

Siguiendo con escenarios de películas, recorrimos 30 kilómetros para visitar Ait Ben Hadu, mas conocida como el pueblo marroquí del cine. Su kasbah es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es conocida por salir en películas como Gladiator, Lawrence de Arabia o La Momia, entre una lista interminable.. Para acceder a ella hay que cruzar el río y dependiendo de su caudal se puede complicar un poco.

Con el primer reto superado visitamos esta famosa kasbah llena de recovecos y donde su parte alta ofrece unas buenísimas vistas.

La ultima visita fue el icónico paso del Col du Tichka. Es el paso de carreteras más alto del Norte de África, con 2260 metros de altura. En la cumbre de este puerto hay varias tiendas y cafeterías y fue un lugar donde volvimos a encontrarnos con la nieve. Por suerte en este caso estaba amontonada y la carretera completamente limpia.

Día 7: Cascadas de Ouzoud y Marrakech

Marruecos no deja de sorprendernos. Después de conocer su desierto, lo que menos nos imaginábamos era ver semejantes cascadas. Con un salto de agua de unos 110 metros, están consideradas como las más altas y bellas de Marruecos.

Si visitáis Marrakech como único destino, merece la pena hacer una escapada y ver algo tan poco conocido de Marruecos, pero que a nosotros nos encantó. Se encuentran a unos 150 kilómetros así que no hay excusa.

El resto del día lo pasamos haciendo una pequeña toma de contacto con la famosa ciudad de Marrakech, imaginándonos lo que nos esperaba al día siguiente mientras tomábamos un té disfrutando de un bonito atardecer.

Día 8: Marrakech

Ciudad mágica y archiconocida. Para que conozcáis bien todo lo que ofrece, y nosotros vimos, hemos escrito un post con las 14 mejores cosas que ver y hacer en Marrakech.

Día 9: Essaouira

Otra de las ciudades que nos sorprendió. Situada en la costa atlántica, y con un centro histórico que está catalogado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad desde 2001.

Su principal atractivo turístico es su puerto, donde destaca su fortaleza y sus barcas de color azul. Si tenéis suerte (como nosotros), podéis ver el mercado donde venden el pescado del día. Más fresco imposible.

El resto del día lo pasamos paseando por su medina, visitando la plaza Moulay Hasan y cruzando por el arco de las 3 puertas y cómo no, perdiéndonos por sus callejones conociendo dónde se rodaron escenas de GOT. Essaouira es Astapor, ciudad donde Daenerys consiguió su famoso ejército de Inmaculados.

Aquí degustamos su rico pescado fresco en el restaurante Le Mogadorien.

Día 10: Casablanca

El último día en Marruecos lo pasamos conociendo Casablanca, ciudad moderna y donde algunas zonas están algo europeizadas, salvando las distancias. Es la mayor ciudad de Marruecos.

Visitamos la impresionante Mezquita Hassan II, con un minarete de 200 metros que no pasa desapercibido desde muchos puntos de la ciudad.

Está asentada sobre una isla artificial sobre el océano Atlántico en referencia a un verso del Corán que indica que «el trono de Alá está en el agua», y su interior puede albergar hasta 25.000 personas.

Paseando por la ciudad vimos la Catedral del Sagrado Corazón, con un interior bastante sencillo pero con buenas vistas si se sube a sus torres y la plaza de las Naciones Unidas. Un buen paseo para despedirnos de este bonito país.

Este viaje llega a su fin, ahora toca coger el ferry de vuelta, pasar unos cuantos controles en busca de personas o sustancias ilegales y cruzar media España hasta casa. Pero si como a nosotros os encantan los road trips, os dejamos alguno más para que encontréis esa inspiración viajera y salgáis a recorrer kilómetros:

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