Dentro de nuestro road trip por los Balcanes, no perdimos la oportunidad de visitar esta pequeña pero bonita península que quizás es la gran olvidada de Croacia, pero que merece mucho la pena.
Si queréis saber cómo evitar pagar la viñeta de Eslovenia al cruzar de Italia a Croacia, os lo explicamos aquí.
Por nuestro apretado planning y siendo nuestro primer contacto con Croacia, solo pudimos disfrutar de ella un solo día, por miedo a quedarnos cortos de tiempo durante el resto del itinerario. Uno o dos días más sería lo ideal para ver lo más característico de esta región.
Dentro de nuestro recorrido de un día por la Península de Istria, nos decantamos por Porec, Rovinj y Pula. A continuación os destacamos los puntos que no os podéis perder si visitáis estas ciudades:
Porec
Comenzamos la visita a Porec paseando junto al mar y entrando al casco antiguo hasta llegar a la plaza Trg Slobode. Es una plaza con terrazas y mucho ambiente, donde el edificio más destacado es la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. En nuestra visita encontramos un mercadillo de productos relacionados con la lavanda y la miel.
Desde este punto la calle Decamuros es la mejor vía para cruzar el casco antiguo. Esta antigua vía, junto con la calle Cardo Máximo aún conservan su forma original de estructura romana. Sus suelos empedrados y las fachadas de sus edificios os harán recordar de algún modo también a Venecia. A pocos metros se encuentra la Torre Pentagonal de 1447.
Llegamos al edificio más destacado de Porec, la Basílica Eufrasiana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sus orígenes se remontan al siglo IV. En la visita se recorren varias estancias, destacando sobre su variedad de mosaicos que datan del siglo VI. No olvidéis subir al campanario para tener unas bonitas vistas de Porec. El precio es de 50 kunas.
Otros de los edificios más destacados que encontraréis paseando por la ciudad son la Casa Románica y la Torre Circular, situada esta última junto al puerto.
Rovinj
Este pueblo es conocido por ser uno de los más bonitos de la Península de Istria y nosotros podemos dar buena cuenta de ello. Su principal atractivo es perderse sin rumbo por sus calles y ya desde la llegada andando a su casco antiguo, la panorámica ya augura una visita interesante.
Pasear por la calle Vladimira Svalbe, con su tan fotografiada tienda Atelier Charm’ o el cruce de calles entre la calle Carera y la calle De Amicis son tres de los puntos que más nos gustaron.
Su Basílica de Santa Eufemia es la principal protagonista de este casco antiguo. Su entrada es gratuita y se puede ver el sarcófago de Santa Eufemia. Hay posibilidad de subir al campanario por 20 Kn.
La mejor forma de terminar la visita a Rovinj es paseando por su puerto con unas bonitas vistas y un ambiente muy agradable. Es la zona perfecta para hacer un alto en el camino. Las copas de yogur con frutas son muy demandadas.
En esta zona también podéis encontrar el Arco de Balbi, en un lado está tallada la cabeza de un turco y por la otra de un veneciano, presidiendo el arco un león alado veneciano.
Pula
Terminando nuestra visita de un día por la Península de Istria, paramos en Pula para conocer su famoso Anfiteatro Romano. Es el único que cuenta con cuatro torres y con los tres estilos arquitectónicos clásicos. Es uno de los seis anfiteatros romanos más grandes del mundo y el mejor edificio romano conservado de toda Croacia. Tiene el honor de salir en los billetes de 10 kn.
La entrada cuesta 70 kn. Nosotros no llegamos a entrar, lo rodeamos viendo su interior desde los puntos que permite la fachada.
Otros de los puntos a destacar en Pula son la Catedral, con su torre del reloj anexa, el Arco de los Sergios y el Foro Romano, donde se encuentra el Ayuntamiento y el Templo de Augusto.
Cerca del Foro Romano, junto al parque Grada Graza, hay un parking y en su interior, tras unas puertas de reja se encuentra el mosaico “The Punishment of Dirce”.
Este mosaico fue descubierto tras unos bombardeos en la Segunda Guerra Mundial y sorprende por su buen estado de conservación y su gran tamaño (12×6 metros). Es gratuito y suele estar sin gente, quizás se deba a lo escondido que se encuentra.
Subiendo a la parte alta, se puede visitar la Iglesia y Monasterio de San Francisco y el Teatro Romano.
Coronando la ciudad, se encuentra el Castillo construido por los venecianos en 1630. Para su construcción utilizaron la piedra del Teatro Romano. En la actualidad, en su interior se ubica el Museo Histórico de Istria. También desde el Castillo se puede acceder a un refugio de la Segunda Guerra Mundial (Zerostrasse).
La entrada al Castillo cuesta 20 kn. El ticket combinado del Castillo y el refugio cuesta 40 kn.
El día llegaba a su fin y qué mejor manera de seguir bajo la influencia romana y veneciana que nos había acompañado durante todo el día, que cenar en la pizzería Jupiter, recomendada y muy recomendable.
La pizzería se encuentra muy cerca del Anfiteatro así que todavía tuvimos la oportunidad antes de ir a descansar de verlo de noche iluminado.
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