Puerto de la Cruz es una ciudad de la costa norte de Tenerife. Si te encuentras disfrutando de unos días en la isla, no dudes en dedicar un día a visitar esta ciudad y descubrir desde sus playas de arena negra y su famoso complejo de piscinas naturales, hasta sus rincones más históricos y el arte urbano de sus calles.
Jardín Botánico
Nuestra visita a Puerto de la Cruz comenzó por el Jardín Botánico. Se encuentra en la parte alta y la entrada cuesta 3€.
Es un Jardín que se creó por Orden de Carlos III, como consecuencia de la necesidad de aclimatar especies vegetales procedentes de los trópicos antes de introducirlas en la península. Podemos encontrar importantes colecciones de plantas tropicales y subtropicales, destacando las variedades de palmeras, así como árboles de gran interés por sus dimensiones, su antigüedad y su procedencia de lugares remotos.
Este recinto tiene una superficie de 20.000 metros cuadrados y con 1 hora es suficiente para dar un agradable paseo rodeado de vegetación de todo el mundo. A la entrada te facilitan un mapa del Jardín, con las plantas y árboles numerados y destacando aquellos que tienen especial importancia.
Mirador de la Paz
Nuestra siguiente parada sería el Mirador de la Paz, a 10 minutos andando, desde donde puedes observar la ciudad desde otra perspectiva. Allí mismo encontrarás una escultura del busto de Agatha Christie, en su recuerdo por su estancia en Puerto de la Cruz en 1927, que le sirvió de inspiración para su novela «El enigmático míster Quin».
Junto al mirador se encuentra la ermita de San Amaro. Es del siglo XVI y es la ermita más antigua de Puerto de la Cruz.
Para seguir con nuestra ruta por Puerto de la Cruz, nos acercamos con el coche hasta la zona del barrio de los pescadores. Decidimos comer pronto para aprovechar la tarde y las horas de luz, así que decidimos buscar un restaurante del que habíamos oído hablar muy bien, «Los Gemelos» en la calle el Peñón. Un sitio muy auténtico y donde comimos muy rico. Parrillada de pescado, papas arrugadas con mojo y de postre, un exquisito Bienmesabe.
Ruta de murales de arte urbano
Después de comer aprovechamos para callejear y descubrir el arte urbano de la ciudad. Vimos que existía una ruta de murales por la ciudad y decidimos hacerla. Dicha ruta se encuentra en el propio barrio pesquero «La Ranilla», así que era un plan diferente y perfecto.
Os dejamos toda la información para realizar la ruta de arte urbano aquí.
Al terminar este bonito paseo de murales, hicimos una parada para tomar un café. Concretamente unos cafés muy populares en Canarias, el Zaperoco y el Barraquito, con leche condensada, café, espuma de leche y con un toque de canela y una rodajita de limón; e incluso el primero de ellos, con un toque de licor 43.
Durante estos días por las islas, hemos descubierto la gran variedad que tiene la gastronomía canaria.
De camino al siguiente punto, paseamos por la calle San Telmo y la avenida Cristobal Colón, donde puedes ver el edificio del Ayuntamiento, la ermita de San Telmo y las piscinas naturales en la zona de la playa de San Telmo. También visitamos el Paseo de las Palmeras (Av. Aguilar y Quesada) y la concurrida plaza del Charco.
El lago Martiánez
Ahora tocaba disfrutar de las famosas piscinas naturales de Puerto de la Cruz, el Lago Martiánez. Un complejo de piscinas naturales de agua salada con un gran lago central y sin olvidar el protagonismo de la roca volcánica que lo rodea. Es un diseño del artista canario César Manrique.
La entrada cuesta 5,50€ y abre de lunes a domingo de 10:00 a 20:00 durante el verano, y de 10:00 a 18:00 el resto del año.
El complejo es muy grande y te puedes mover sin problema por cualquiera de las piscinas y zonas de baño. Hay vestuarios donde puedes cambiarte y dejar tus pertenencias. No se permite meter ni comida ni bebida y tampoco se puede salir y volver a entrar.
Si hay oleaje, hay zonas donde las olas del mar superan el muro del complejo y se cuelan, así que ten cuidado de no dejar las toallas muy cerca si no quieres llevarte una sorpresa.
Tocaba salir del agua porque nos cerraban, pero como queríamos seguir a remojo hasta el atardecer, decidimos coger el coche y recorrer 25 km para ir a la piscina natural de Mesa del Mar, en el municipio de Tacoronte. Un lugar perfecto para ver el atardecer y poner el broche final al día.
Si os apasionan como a nosotros las piscinas naturales, hemos hecho una lista con las que, para nosotros, son las mejores.